Cuándo conviene hacer pruebas de paternidad
Una prueba de paternidad no es más que un sencillo análisis genético para determinar la relación de consanguineidad entre una persona y su ascendiente o descendiente, es decir, si hay una relación padre/madre-hijo, a veces también entre hermanos. La principal ventaja es que la fiabilidad de los resultados es prácticamente del 100% (solo queda un pequeñísimo margen de error) si se realiza correctamente y en las condiciones adecuadas.
Pero además, se trata de una prueba muy sencilla de realizar, muy rápida. Si hay acuerdo y ambas partes acuden a un laboratorio especializado en pruebas de paternidad el procedimiento será tan sencillo como realizar un frotis bucal para obtener muestras biológicas y compararlas. Para otros casos las muestras se pueden recoger de cabellos, restos de uñas, dientes, orina, cualquier objeto que haya tenido contacto con la boca o, en casos muy específicos, de restos de cadáveres.
Razones para hacer una prueba de paternidad
Existen dos causas fundamentales para realizar un análisis de este tipo:
- Por cuestiones absolutamente privadas: normalmente se hace de mutuo acuerdo entre las partes por razones muy diferentes, desde resolver definitivamente dudas sobre la paternidad de un menor cuando no hay seguridad de quien es el padre hasta para confirmar la pertenencia a una familia en casos de antiguas adopciones irregulares.
- En procedimientos judiciales: a veces las dudas sobre la paternidad llegan a los tribunales cuando no hay acuerdo entre las partes para realizarse una prueba. En ese caso, es necesario cumplir una serie de requisitos muy estrictos a la hora de tomar muestras y analizarlas para que el resultado tenga validez jurídica.
También es posible hacer pruebas de paternidad prenatales, pero en este caso la toma de muestras es mucho más compleja. Aquí, es necesaria la intervención de un ginecólogo, ya que es necesario hacer un amniocentesis o una biopsia de vellosidades coriales, pruebas que suelen ser seguras pero que tienen un pequeño riesgo de causar daños al feto o incluso aborto.
Determinar el parentesco entre dos personas en ocasiones no es más que el procedimiento para poner final a unas dudas razonables que puedan tener cualquiera de las partes. Pero en ocasiones resulta fundamental. Si se trata de menores lo es para determinar a quién corresponde la responsabilidad y manutención del niño. Si se trata de adultos una prueba de paternidad puede ser un elemento decisivo para, por ejemplo, solicitar o recibir una herencia.