Los diferentes aparatos dentales para niños
Al evocar la palabra aparato dental, nos imaginamos a los adolescentes presentando una sonrisa de hierro con unos brackets en la boca. Pero existen otros aparatos que se pueden llevar también, en esta caso hablamos de ortodoncia invisible.
Tras una visita al dentista, este puede orientaros hacia un ortodoncista, porque el niño tiene los dientes demasiado pronunciados hacia adelante, o al revés, demasiado metidos hacia atrás. El mayor factor de la mala postura de los dientes y de las mandíbulas es una disfunción ventilatoria. En otros términos, un niño que respira por la boca.
Una cuestión respiratoria
Cuando un niño respira por la boca, tiene muchas posibilidades de que haya un mal desarrollo a nivel bucodental. Por tanto, conviene corregir lo antes posible el problema, y este pasa por un tratamiento de ortopedia dentofacial, y por tanto por llevar un aparato.
Otro factor, el mal crecimiento del paladar en cuanto a la anchura, y el mal crecimiento de delante hacia atrás en la mandíbula superior, de abajo, o en las dos. Esto provoca unos dientes mal posicionados, demasiado colocados hacia atrás o hacia adelante. De forma general, los niños que tienen la mandíbula de arriba que crece demasiado con relación a la de abajo, son aquellos que tienen un problema de ventilación.
Existe también la posibilidad de tener los dientes de arriba hacia atrás con relación a los de abajo, y al revés, el hecho de tener los dientes de abajo hacia adelante.
Muchos son los detractores del chupete, porque lo acusan de provocar muchos daños, y concretamente crear problemas en la dentadura. No obstante, está lejos de ser la causa principal a la hora de llevar un aparato dental. Otros especialistas piensan que el chupete no es el que causa los desgastes enormes de la dentadura, a partir del momento en el que no se utiliza de forma exagerada.
Chuparse el dedo
Las repercusiones dentales relacionadas con chuparse el pulgar son relativamente mínimas. Pueden contribuir a desplazar tres o cuatro dientes, pero que vuelven a su posición inicial en cuanto termina el gesto.
Sin embargo, hacia los 6 años, es indispensable dejar de chuparse el dedo, de hecho es el mejor momento en el que los dientes de leche se caen.
A cada edad su aparato
Existen dos tipos de tratamiento:
- ortopédico, que trata las mandíbulas,
- y ortodóncico, que se ocupa de los dientes.
Los tratamientos más precoces son de orden ortopédico. Se trata de curar los grandes desajustes de las bases óseas. Normalmente se pueden corregir antes de los 10 años.