¿Cómo ser montañero y diabético? Sí es posible

Muchos diabéticos evitan el ejercicio físico con miedo a que ello pueda causarles problemas de salud. No obstante, esto es una creencia equivocada ya que si nos preparamos adecuadamente el deporte puede ser muy beneficioso para un diabético. De hecho, la actividad física regular es uno de los pilares en la gestión equilibrada de la diabetes, al igual que la dieta, siempre vinculada directamente al esfuerzo físico que realicemos.

El montañismo no es una excepción en este caso. Tal y como el World Diabetes Tour, el T1D Machu Picchu Challenge y otras tantas iniciativas demuestran, los diabéticos pueden ser grandes montañeros y realizar largas travesías si saben cómo controlar su diabetes correctamente para las necesidades específicas del montañismo.

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Por ello, antes de iniciar una travesía o caminata por el monte deberemos saber cuál será la duración de nuestro recorrido, al igual que conocer la intensidad del esfuerzo que realizaremos y el nivel de azúcar en sangre que tenemos al iniciar la travesía. Una de las reglas de oro del montañero diabético es la de llevar siempre un botiquín de emergencia consigo para hacer frente a un posible malestar general. A continuación repasamos los principales puntos a tener en cuenta para practicar el montañismo si somos diabéticos.

“Varias iniciativas de diabéticos montañeros demuestran que llevarse la diabetes a la montaña y volver victoriosos es posible. La clave está en conocer la duración e intensidad del recorrido antes de partir para poder prepararnos”

 

Antes de la travesía: La importancia de la preparación

Lo primero que debemos hacer es asegurarnos de que nuestro cuerpo cuenta con la cantidad de glucosa suficiente para poder hacer frente a las necesidades energéticas que tendrá nuestro cuerpo durante la actividad. Por ello, antes de la actividad controlaremos nuestro azúcar en la sangre y en caso de que sea necesario ingeriremos algún aperitivo o bebida. Es importante que ajustemos nuestra dosis de insulina en función de nuestra alimentación y teniendo en cuenta la duración e intensidad de la caminata que vayamos a realizar.  Además, siempre iniciaremos nuestras expediciones bien cargados de provisiones de agua. Recordemos que la deshidratación empeora la hipoglucemia y teniendo en cuenta el esfuerzo físico que vamos a realizar nuestro cuerpo necesitará hidratarse frecuentemente.

Durante la ruta:

Durante nuestra caminata el riesgo de hipoglucemia aumentará. Por ello controlaremos nuestro nivel de azúcar tanto antes, como durante y después de la travesía.  En esta fase es posible que manifestemos fatiga debido al agotamiento de las reservas de hidratos de carbono en nuestro cuerpo y la deshidratación derivada de la sudoración. Es por ello que siempre contaremos con frutos secos y demás alimentos ricos en hidratos de carbono además de una cantimplora llena de agua.  Si durante nuestra caminata comenzamos a experimentar los síntomas de la hipoglucemia (mareo, náuseas, debilidad…) nos detendremos y nos sentaremos un momento. Comprobaremos el nivel de azúcar en la sangre, tomando algún alimento como un terrón de azúcar o zumo de frutas que aumente nuestro nivel de azúcar en sangre. Después esperaremos a que los síntomas anteriores se disipen antes de reanudar nuestro camino. Ante todo recuerda tener paciencia y no tener prisas por llegar rápido a la meta si quieres evitar los riesgos de las variaciones glucémicas.

“Es importante no tener prisas en nuestra ruta y darnos un merecido descanso si experimentamos síntomas de hipoglucemia”

 

Después de la caminata:

Al finalizar la actividad física nuestro cuerpo repone automáticamente sus reservas de hidratos de carbono. Este puede ser un momento crítico para la hipoglucemia, sucediendo incluso después de varias horas tras la actividad. De aquí la importancia de controlar nuestro azúcar en sangre incluso una vez finalizada la travesía, así como beber una cantidad generosa de agua tras la actividad. Además, si la actividad la finalizamos por la tarde es importante adaptar nuestra dosis de insulina al esfuerzo realizado antes de acostarse, así podremos evitar la hipoglucemia nocturna. También es recomendable tomar algún aperitivo antes de acostarnos si es necesario. ¿Eres un montañero diabético? ¿Tienes algún truco o consejo que compartir con nosotros? ¡Anímate!

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